Desde Taco Bell nos propusieron el reto de hacer una campaña con los nuevos sabores de Creamy Bell para este verano.
Actualmente cada marca de fast food tiene sus propios helados y el mercado se ha visto saturado por la gran cantidad de variedad que existe. Algunas marcas como Kit Kat, Lotus, Milkybar, etc. se asocian con las cadenas para crear nuevos sabores. Por ese motivo, para nosotros fue realmente un auténtico desafío el convertir a los Creamy Bell en un producto diferenciador en su mercado, convirtiéndoles en la otra opción frente a la competencia. Esta vez en colaboración con Oreo y Chips Ahoy!
Para ello lo primero que hicimos fue centrarnos en el target al que iba dirigido la campaña, es decir, la Generación Z.
Conectamos los ideales de la Gen Z con los valores de Taco Bell: la autenticidad de la Gen Z con la naturalidad de los productos. De ahí vimos la oportunidad de adentrarnos en su universo a través de sus mismos códigos estéticos y valores, de esa forma, eran el producto y, por lo tanto la marca, los que se acercaban y se adaptaban al público y no lo contrario como sucede con la competencia.
En este lanzamiento de producto ha cobrado gran importancia la dirección artística de la gráfica convirtiéndose en el auténtico concepto (visual). De esta forma diseñamos una gráfica basada en la hipervisualidad, en un universo colorido con los colores corporativos de la marca, con un naming escrito con tipografía Aesthetic tan de moda actualmente, unos descriptivos como si estuviesen escritos a mano que rodean los productos y, unas fotos y vídeos que gracias al gran angular, planos picados y el ojo de pez muestran los helados Creamy Bell de una forma atractiva y muy visual que responde perfectamente al objetivo que se pretendía: marcar la diferencia de la competencia.